20.3.16

No tengo nada

ni un laberinto

ni un caleidoscopio




ni una constelación de palabras


No tengo ausencias 

ni veladoras


ni tengo piedras de colores

como joyas en el río

en la memoria


ni una cascada

ni una cabaña

ni los dibujos


ni hongos alucinantes tallados en la madera


No tengo el ruido del mar

como eterno vaivén

metido en la cabeza


Tengo un poema viviente

y su tacto dulce como esperanza





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