lo tengo azul cobalto, con nubes muy negras
por sus hoyos se escapa la luz
que tomas entre tus manos
La sangre coagulada se hace oscura en las esquinas de las plazas
hasta confundirse con la sombra que cae
sobre tu rostro iluminado
En los resquicios de la memoria yacen mil nombres
que se repiten como campanadas
como ecos sombríos de tiempos inertes
y ya no caben más cruces
en mi corazón azul cobalto
negro y amarillo
como la hiel
y el llanto
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